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Él decía que nunca
un corazón triste
ganó una revolución.
Yo dije basta
Y el cursor se desplazó hasta perderlo de vista
el corazón se aceleró
Corrí la silla, levanté el culo y caminé
Inflé el pecho y caminé
Levanté la mirada y caminé
Caminé y enfrenté
Enfrenté y luche
Luché y entendí
Que un corazón triste
es la semilla
de cualquier revolución.
Rita Lugones - Taller de la Luna
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