¡Hola a todxs! Acá estamos, compartiendo con ustedes los textos preciosos que producen nuestrxs lectorxs. Siempre nos sorprende la variedad, pero sobre todo nos sorprende la belleza, viernes a viernes.
Pasen y lean. Sean felices como nosotrxs.
Adriana
Sicilia
La ropa de mi mamá tenía un olor dulce,
cómo a fruta madura, a vainilla, a veces a azahares. Yo buscaba su ropa para
olerla siempre, si estaba triste me consolaba, si tenía miedo me sentía segura,
si estaba feliz me reía a carcajadas, ese olor me envolvía tibiamente en un
abrazo maternal.
El sol de la siesta
Las calles ardientes
Paz y quietud en el pueblo.
Escucho al camión hidrante
entre las voces apagadas
Los ladridos aburridos
Los cantos adormecidos de los pájaros
El olor a tierra mojada
Se entremezcla con el aroma de los
tilos
Que parecen reverdecer
Agradeciendo a cada gota
Que logran llegar a sus pies
antes de ser esa nube de vapor
que se disipa ante mis ojos
aromas, sonidos, colores,
capturo esa imagen de mi niñez,
en un instante y para siempre
Sabrina
Blanco
El verano que nos conocimos me quedó
grabado a fuego por el aroma del protector solar y la crema para peinar que
usaba para ir a verte. Son tantos los recuerdos que me traen esos olores que al
dia de hoy no puedo siquiera olerlos en el supermercado sin que vengan tus
labios y tu cuerpo a mi memoria. Se erizan mis bellos y cual vívido recuerdo,
me atormenta el pensamiento de lo fugazmente feliz que fui aquellos días de
enero.
Gladys
Di Salvo
Hay olores que nos acompañan en el
recuerdo. Algún perfume de la adolescencia que amamos pero no volvimos a
encontrarlo, ese quedó en algún lugar del alma o el olor a savia en el pelo que
me transporta a otros tiempos donde era feliz sin darme cuenta
Susana
Palacios
Olor a madreselvas y tierra mojada,
aroma a mandarinas recién arrancadas del árbol, sabor a siesta de verano con
juegos infantiles... ¡zapatilla de goma, el que no se escondió se embroma!
En oleadas el perfume inunda mis ojos y
lo saboreo con mi alma añora pasados.
Mis pies se sumergen en ayeres viejos y
se me doblan las rodillas.
Mis recuerdos me juegan a las
escondidas y no puedo evitar una ancha sonrisa.
Alejandra
Rozas
Subir el cierre, ajustar guantes,
vuelta de llave y el aire me trajo olor
a lluvia, que me indicaba que hoy sería un gran día!
Martín
Raimondi
Estoy en la perfumería. Buscando tu
perfume. Sé exactamente cómo huele. Se lo describo a la vendedora. Me hace
probar varios. Pero no acierta. Tal vez si. Pero sus ojos son café, si fuesen
verdes sería distinto. Viste su ambo holgado sin ganas y zapatos desprolijos.
Su sonrisa es muy distante. No tiene tu calidez. Me acerca la muestra, la
siento. Y no. Se que es ese el perfume. Pero no huele a vos. Así solo, saliendo
de un frasco, impregnado en un cartón es solo un perfume más.
Cuando lo traes en tu piel o lo dejas
en la mía es tu esencia. Queda entre mis labios y en boca después de tus besos.
Los saboreo y lo siento subir hasta la nariz.
Es parte de tu piel. No lo resisto e
intento llevármelo todo con mis labios recorriendo toda tu piel, centímetro a
centímetro.
Todo huele igual. Tu cuello. Tu
espalda. Tus labios. Tus pezones. Tu ingle. Tu labios. Tus piernas. Tu cola. No
pasó nada por alto. No puedo parar. Sos un caramelo que no pierde su sabor. Sos
el perfume que busco y solo lo encuentro en vos, sos la esencia, que lejos de
perderme,me encuentra.
Liliana
Taranto
Los aromas y
perfumes, son el misterio de los sentidos
El aroma del mar en
soledad
Mirar el amanecer y
embriagarse con los perfumes de las flores
y el aroma que esparce
el rocío sobre el travieso pasto
El despertar con el
aroma de tostadas y café recién hecho
Nuestra mente conserva
perfumes y aromas de la infancia
El perfume de mi
madre, tan coqueta era
El aroma de las
salsas de mi padre, los domingos
Giran los recuerdos del
pasado sacudiéndome en el presente
El olfato los guarda
en el cofre de los recuerdos
Rita Lugones
Su
perfume era embriagador. Me atrapaba en un mar de sensaciones.
El
embrujo era tal, que lo apodé El flautista de Hamelín.
Me
arrastraba a donde sea, cuando sea y como sea.
Tenía el
sabor dulce de los besos y el brillo tibio del amanecer porque era en las
mañanas cuando se colaba por mi puerta por mi ventana por mi mente y mi cuerpo
como bocanada de aire fresco.
Lo
recibía con la necesidad de una adicta a su dosis, con el anhelo de una niña la
mañana de navidad.
Hasta
que un día, un día tan solo no abrí la puerta.
Y quedó
el recuerdo, y cada mañana al entrar el sol por esta ventana parece llegar a
mí, llamándome en la distancia.
Amé sus
manos y sus besos, sé que adoré esos ojos que ya parecen una foto borrosa. Pero
su perfume, ah… su perfume, intacto en la memoria, aún me hace sentir viva.
Karina Farina
Olores...
...olor a tierra mojada... juegos,
niñez, risas, pasto húmedo, tardes de verano, la lluvia golpeando la chapa... abuelos...
...olor a nafta... taller, herramientas,
grasa, fiat 600 rojo ( el que abre la puerta de adelante..), escondidas,
garage, amistad, anécdotas... papá...
...olor a telas... taller de
costura, hilos, recortes, tijeras, goma-goma, cuellos, camisas, caja de
juguetes... mamá...
...olor a infancia... olor a
vida... olor a muerte... olor a alegrias... olor a lágrimas... olor a
recuerdos...
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