Inspirado o buscando la inspiración en algún tema, escribo frases sueltas. Eventualmente se me ocurre alguna o me siento especialmente a pensar y a escribir. Cuando tengo suficientes intento armar párrafos. En paralelo pienso en una idea que esté más allá de la idea original.
Un relato surge de cualquier cosa, una historia está en todos lados. Pero ¿qué hay más allá de una historia? Hay odio, decepción, desesperación, pasión, amor.
Podría citar como ejemplo que, si tuviera que escribir sobre una manzana, seguramente escribiría sobre la satisfacción que siente la sangre mientras se escurre por entre los dientes de quien hiere mortalmente a la manzana.
En la práctica, utilizo el teléfono escribiendo un email que quedará en borrador. Si la idea prospera, la paso al Drive para poder continuarla desde alguna PC.
Para armar los párrafos dirigiendo todo hacia una idea puntual lo hago en una habitación donde no haya nada que me distraiga, eso incluye la música, mate, café; estoy solo con el teclado, solo queda pensar y escribir.
Una de las ideas que más me entretiene es mezclar sentimientos propios poniéndome en la piel de otras personas, objetos materiales o inmateriales.
Lo último, es leer y leer muchas veces el texto logrado para quitar repeticiones, información repetida o superflua. No queda perfecto, pero queda bien. Luego de lo último, vendrá el título…
Ritual del mate
Disimuladamente
Sutilmente
Inesperadamente
Acaricio sus dedos
Mientras le paso el mate
Miro sus ojos
Sigo el movimiento de sus labios mientras habla
Es Igual mientras lo devuelve
Y una pequeña mueca de sonrisa se le escapa
Cebo el siguiente y se lo alcanzo
Embelesado.
Imaginando que la magia continúa
Me quita el mate de las manos
Sin mirarme
Sin esperarme
Sin rozarme
la magia se acaba
El mate se enfría
y se lava.
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