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Estás invitado a tomar el té, monstruo del ayer, pasado oscuro, sombra que toma vida propia y quiere elevarse cada cierto tiempo.
Estás invitado a tomar el té, para afrontar y reprimir.
Aquel que durmió tardes sin cerrar un solo ojo
Criatura obscena que jamás es saciada
Paisajista que nunca vio las raíces de los jardines que visitaba
Sombra furtiva de decepción
Lágrima de pasiones prohibidas y efímeras
Estás invitado a tomar el té
Voraz depredador que quedó enterrado
Odio repentino que pasa por mi mente al recordarte
Escondido bajo la vergüenza y la culpa
De sus propios actos, contempla ahora a quienes cometen los mismos.
Trata de no compararse, de asegurarse a sí mismo que no era tan malvado
Estás invitado a salir de las sombras
Estás invitado a aceptar tus errores
Debería estarlo,
pero la culpa lo tiene escondido, se protege a sí mismo.
Trata de olvidar que era algo inhumano.
Trata de olvidar que cruzar la línea de meta, lograr lo inlograble, lo detuvo.
Cada tanto es llamado, pero no por su nombre
Nombran a otras bestias y siente vergüenza de que sean tan parecidas como él era…
Debemos invitarnos a ambos, a una mesa
A tomar el té y aclarar lo sucedido.
Tal vez nos dan miedo, aceptarlo, aceptarnos.
La criatura es parte de nuestra historia, pero ya está vieja y cansada.
Agotada y sin fuerzas, vive por el simple hecho de ser un recuerdo de alguien que no lo deja morir.
Es una lección, un muerto en el armario.
Un logro escondido, logro de haber vencido a la bestia.
Tal vez esconderla tanto es lo contraproducente.
Estás invitado a tomar el té, es tiempo de que nos reconciliemos.
Nicolás Fortunato - El megáfono al sol
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