Como con el poder
de un dios
parcial
subjetivo
y egoísta
quise crear
mi destino.
Me sentí una estrella
y alejé mis ojos
de la Tierra
para inspirarme
en mi camino,
pero vi
lo que hacen los humanos
como destruyen
y corrompen
todo a su paso.
Y temí.
Las ramas
se sacudían llamando
a las tormentas.
Perros desamparados
buscaban refugio debajo
los bancos de las plazas.
Y no quise ser
un cielo hostil.
Me convertiría
en una nube
que diera
alivio en un día
de sol calcinante.
No sería
aquel cuchillo
para untar
que aparenta ser inofensivo
pero que puede atravesar
de una puñalada
la piel y la carne.
No tendría caretas.
Daría amor
pero sin necesitar
que ese amor regresase.
Finalmente
Ya sin creer ser dios,
lanzarme al vacío
unirme al viento
en una danza
convertirme
en ave
crear
al fin
mi destino.
de un dios
parcial
subjetivo
y egoísta
quise crear
mi destino.
Me sentí una estrella
y alejé mis ojos
de la Tierra
para inspirarme
en mi camino,
pero vi
lo que hacen los humanos
como destruyen
y corrompen
todo a su paso.
Y temí.
Las ramas
se sacudían llamando
a las tormentas.
Perros desamparados
buscaban refugio debajo
los bancos de las plazas.
Y no quise ser
un cielo hostil.
Me convertiría
en una nube
que diera
alivio en un día
de sol calcinante.
No sería
aquel cuchillo
para untar
que aparenta ser inofensivo
pero que puede atravesar
de una puñalada
la piel y la carne.
No tendría caretas.
Daría amor
pero sin necesitar
que ese amor regresase.
Finalmente
Ya sin creer ser dios,
lanzarme al vacío
unirme al viento
en una danza
convertirme
en ave
crear
al fin
mi destino.
Sabrina Blanco - Taller de la Luna
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