"Me pregunto si podría ocurrirme lo mismo que a Carla, yo siempre pienso en el peor de los casos. Ahora mismo estoy calculando cuánto tardaría en salir corriendo del coche y llegar hasta Nina si ella corriera de pronto hasta la pileta y se tirara. Lo llamo 'distancia de rescate', así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calcuándola, aunque siempre me arriesgo más de lo que debería".
Escrita magistralmente en un formato poco convencional, la historia te atrapa, te asfixia, te envuelve, te obliga a seguir adelante hasta llegar al final. La leés conteniendo la respiración y con la mano en la boca lidiando para no comerte las uñas.
Te deja pensando sobre las relaciones entre madres y padres e hijos; cómo en un segundo te puede cambiar la vida de la peor manera; las consecuencias del uso de los agroquímicos en nuestros campos; la transmutación de las almas. Todo eso junto. Un libro que se lee de un tirón pero que no te lo sacás de la cabeza nunca más; te agarra de las tripas y no te suelta.
"El hilo está tan tenso que lo siento desde el estómago".
(Consejo: no lo leas de noche si sos sugestionable como yo 😉)
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