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Despierto abruptamente, arrastrado por sus ansias de partir. Veo cómo se aleja y rápidamente, antes de que se aparte lo suficiente como para perderlo de vista, me incorporo y corro, rápido y desesperadamente, persiguiéndolo.
Juntos somos todo. Mi habilidad es la razón, sentir es su esencia.
No es capaz de entender, no puede irse, no puede dejarme solo con mi armazón. Solo siente la necesidad de buscar aquello que no sabe o no entiende, dejando todo atrás.
Cuando se aparta siento ese tirón de soledad y de angustia. La fuerza del sentimiento. ¿Podrá ser como dictan las leyes, inversamente proporcional al cuadrado de la distancia? ¿Podrá ser que si lo dejo apartarse lo suficiente yo deje de sentir? Pero ahora estamos así y es así como quiere seguir estando.
Desde que llegó ve el mundo a través de mis ojos. Desde que lo descubrí siento la inmensidad de su tiempo en mí.
Su existencia interminable se queda aquí mientras mi cuerpo aguante. Tiene todo el tiempo del mundo, nada justifica su impaciencia.
Corro, incansablemente detrás de mi fantasma, voy sujetando firmemente su halo tenue, imperceptible para todos, sólido y firme para mí. Lo arrastro nuevamente a mi cuerpo con una mezcla equilibrada de fuerza bruta y brujería. Ya se me hace un juego, como las escondidas, aquí siempre debo ganar.
Cuando sea viejo y lento podrá irse, dejando este cascarón lleno de recuerdos. Quedaré abandonado mirando el cielo o la pantalla de un televisor, esperando, contando cada exhalación hasta que la última llegue.
Juntos somos todo. Mi habilidad es la razón, sentir es su esencia.
No es capaz de entender, no puede irse, no puede dejarme solo con mi armazón. Solo siente la necesidad de buscar aquello que no sabe o no entiende, dejando todo atrás.
Cuando se aparta siento ese tirón de soledad y de angustia. La fuerza del sentimiento. ¿Podrá ser como dictan las leyes, inversamente proporcional al cuadrado de la distancia? ¿Podrá ser que si lo dejo apartarse lo suficiente yo deje de sentir? Pero ahora estamos así y es así como quiere seguir estando.
Desde que llegó ve el mundo a través de mis ojos. Desde que lo descubrí siento la inmensidad de su tiempo en mí.
Su existencia interminable se queda aquí mientras mi cuerpo aguante. Tiene todo el tiempo del mundo, nada justifica su impaciencia.
Corro, incansablemente detrás de mi fantasma, voy sujetando firmemente su halo tenue, imperceptible para todos, sólido y firme para mí. Lo arrastro nuevamente a mi cuerpo con una mezcla equilibrada de fuerza bruta y brujería. Ya se me hace un juego, como las escondidas, aquí siempre debo ganar.
Cuando sea viejo y lento podrá irse, dejando este cascarón lleno de recuerdos. Quedaré abandonado mirando el cielo o la pantalla de un televisor, esperando, contando cada exhalación hasta que la última llegue.
Martín Raimondi - Taller del Mate
Hermoso Texto Martin!!!
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