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marzo 25, 2023

Así se presenta el nuevo Taller de la Luna


El Taller de la Luna comenzó a funcionar el jueves 2 de marzo,de manera virtual. Tímidamente al principio, como todxs, fueron dejando caer sus voces. Y empezaron a animarse,cada jueves un poco más, con sus textos y con las devoluciones a los textos de sus compañerxs. Para presentar a este grupo, compartimos algunas producciones del último encuentro.

Ese día compartí con el grupo un cuento y algunos poemas escritos totalmente con preguntas (Reflejos, cuento de José Ambrosio; La canción de las preguntas, de José Sebastián Tallón; fragmentos de El libro de las preguntas, de Pablo Neruda). La consigna de escritura fue, precisamente, componer un texto con este formato: solo preguntas. Aquí, los resultados de quienes vinieron al taller el 23 de marzo. No se los pierdan. Se van a sorprender...


Tamar Dolengiewicz

¿A dónde van los trenes? ¿Cómo se puede viajar? ¿Dónde se sacan los boletos? ¿Qué se hace mientras el tren no llega? ¿Qué se piensa?, ¿Qué se espera? ¿Y cuando llega?, ¿Cómo sé en qué vagón debo subir y cuál será el asiento que me toca? ¿A quién se parece la señora que me tocó de acompañante?, ¿A qué huele?, ¿Jazmines? ¿Querrá conversar?, ¿Podríamos compartir destinos?, ¿Y si le resulto molesta? ¿Por qué el tren hace este ruido?, ¿Todos los trenes sabrán la misma canción? ¿Cómo será viajar tantas horas estando callada?

¿Qué estarán pensando los otros pasajeros? ¿Ellos podrán ver los castillos de burbujas que arman mis pensamientos?, ¿Sabrán dónde van o solo están de paseo como yo? ¿Qué pasa?, ¿Qué será que me está pasando?, ¿Por qué se me estará revolviendo el estómago? ¿Será por el movimiento del tren o porque esos ojos lindos me están mirando?, ¿Podré acercarme hasta su asiento?, ¿Quedará bien?

¿Y si me pierdo una linda relación? ¿Le molestará a mi compañera de asiento que la moleste para pasar? ¿Me caeré por caminar con el movimiento del tren?, ¿Por qué me surgen tantas dudas?

¿Te puedo saludar? ¿Cuál es tu nombre?

 

Verónica Arbo

Preguntantas de este cielo y otros cielos

 

¿Quién me acaricia cada mañana entrando como suave brisa por la ventana?

¿En qué lugar del azul infinito están guardadas las voces de mis hijos chiquitos?

¿Dónde estaría yo, si yo no existiera? ¿Me daría cuenta de mi no existencia?

¿Cómo harán mis muertos para vivir sin mí? ¿Me extrañarán como yo a ellos?

¿Será cierto que volveré a verlos?

¿Será cierto?

¿Será?

 

¿Cómo hace la luna llena para convocarme a tener ganas nuevas?

¿Podré por fin ver en este cielo azul y estrellado algún guiño del Dios de quién hablo?

¿Serán los sonrojos del sol por sus picardías nocturnas, los que provocan estas brillantes pinceladas diurnas?

¿Por qué me producen paz los rayos y las tormentas? ¿Será porque son ellos los que mis enojos expresan?

 

¿Y si hago del mar el cielo y del cielo el mar con sólo cambiar mi punto de vista? ¿O no es que en el universo no hay abajo ni arriba?

¿Será ese, en realidad, el único paradigma?

 

 

 

Nuria Capella

Tu mundo

 

¿Habrá lugar para mí en tu mundo?

Si es así, ¿podré habitarlo en paz?

¿Podré ser resguardo en tus tormentas o seré la nube que las cause?

 

¿Por qué apoyás tu mano en la mía? ¿Qué viste en ellas que yo no vi?

Si son tan fuertes, ¿por qué esta pluma se siente tan pesada?

 

¿Por qué tus piernas son más rápidas que las mías? ¿Acaso me he atado piedras a mí misma?

Si soy capaz de correr, ¿por qué este caracol se ríe de mí?

 

¿Por qué veo ríos salados en tu mundo? ¿Los habré ensuciado con mis lágrimas? ¿Cómo hago para limpiarlos? ¿Podré hacerlo sola?

 

¿Cuántas batallas habré perdido en mi mundo para declararle la guerra al tuyo?

¿Tendrás tiempo de abrazarme hasta que sienta que somos del mismo equipo?

 

 

 

Marisa Molina

Mujer sola que escribe a la orilla del mar

 

cómo hacía la mujer

para escribir en medio de la gente?

no le molestaban

quienes caminaban a su alrededor?

el viento que venía del sur?

habrá la marea alta

empujado su silla hasta las dunas?

alguna gaviota picoteaba su cuaderno?

qué escribía

cuando pasé a su lado?

un cuento? un poema?

será que yo deseaba

que fuera una carta?

a quién se la dirigía?

al amor que la esperaba

del otro lado de las olas?

al padre que se perdió

más allá de la espuma?

a la nena que escondía

entre sus castillos de arena?

adónde guardaba la botella?

podría el corcho sellar las palabras?

O la sal las diluiría

el agua las ahogaría?

quizá los peces nadaran junto a la carta

los pulpos se lanzaran la botella

de brazo en brazo?

 la acunaron las algas

bajo la luna llena?

 le cantaron las sirenas

durante los temporales?

se enganchará tal vez

en un arrecife de coral?

quién la encontrará por fin?

la red de un pescador?

el niño que recoge almejas?

el hombre del acantilado?

 

alguien puede decirme por qué jamás

volví a ver a la mujer

sentada a la orilla del mar

escribiendo una carta

en medio del universo?

 

 

Martha Chiaramoni

¿Quién inventó las letras, sabía leer?

¿Ellas son felices en una carta de amor?

¿También sufren de enojo, ira o dolor?

¿El poeta cuando no escribe, donde guarda las letras para que no se escapen?

¿En el cofre dorado de su imaginación o en la noche negra de sus sueños?

¿Los duendes encantan a la mente e influyen creando bellos cuentos?

¿O sólo están en el fondo del jardín jugando escondidas con el picaflor?

¿Las letras se mueren con el poeta?

¿O se juntan en el cielo esperándolo?

 

 

Mary Brucculeri

¿Preguntas comunes?

 

¿Dónde termina el horizonte? ¿O dónde comienza?

¿Sabrán los arcoíris que son arcoíris?

¿Las estrellas que vemos están muertas?

¿Y si están muertas, cuánto tiempo hará que murieron?

¿Una estrella fugaz será una estrella que murió hace miles de años y la vemos caer a algún tipo de vacío?

¿Cómo se hacen los colores primarios? ¿Y el blanco y el negro?

 

¿Por qué los locos están adentro y nosotros afuera? ¿Qué es la locura? ¿Quién define los límites entre cordura y locura?

¿Y los límites entre lo legal y lo no legal?

¿Cuándo pasa el último tren?

¿Por qué escribo a último momento?

¿Por qué a mí?

¿Por qué no?

 

 

Cecilia Xabujla Génova

¿Se lavará las manos el mozo?

¿Tuvimos una oportunidad de cambiar todo y la desaprovechamos?

¿Dejará de caer la lluvia y será sólo un recuerdo? ¿diremos "yo nací en la época en todavía llovía"?

¿El semáforo sigue cambiando de color sus luces, aunque nadie lo esté mirando?

¿Terminará este verano? ¿o el verano terminará con nosotros como ese café? 

¿Dejarán las etiquetas de marcarnos el límite de lo que podemos y no podemos ser y hacer?

¿Te animarás a saltar al vacío conmigo o seguiremos temblando en la cornisa?

¿Por qué el dolor parece que no va a terminar y la felicidad sí?

¿La música entra por los oídos o por el alma?

¿Quién puso una alfombra de hojas en mi vereda?

¿Vendrá todos los días la mariposa a visitarme?

¿Conservaremos la memoria?

¿Los errores aprenderán de nosotros?

 

 


marzo 18, 2023

Muy lejos de aquí (Faraway)

 


Título original: Faraway

Año: 2023

Duración: 109 min.

País: Alemania

Lenguaje: Inglés

Dirección: Vanessa Jopp

Guión: Jane Ainscough

Historia: Alex Kendall

Reparto: Naomi Krauss, Goran Bogdan, Bahar Balci, Adnan Maral, Artjom Gilz, Vedat Erincin, Davor Tomic, Mladen Vasari, Paula Schramm, Christian Schneller 

Género: Drama Romance| Comedia Romántica.


MUY LEJOS DE AQUÍ


Podemos definir esta película  como amorosa, porque  trata el amor en todas sus formas: de pareja, de familia, de amistad. Una mujer llamada Zey (Zeynep Altin), va en busca de la felicidad sin saber que la estaba buscando. Llena de música, de paisajes, de belleza. Muy alegre y divertida, aborda  descubrimientos personales, cambios,y aunque no se trata de una genialidad, es muy entretenida. No sorprende, no es pretenciosa, pero se disfruta, emociona y se puede ver con gusto. 

Si bien se trata de una película alemana, los personajes son multinacionales, nos podemos encontrar con turcos, croatas, alemanes y sus costumbres. Se puede ver por Netflix.

Charly


marzo 15, 2023

Collage y poesía

 El sábado pasado las chicas del Megáfono tuvieron una jornada de collage y poesía. A pesar del calorón que estamos atravesando, la asistencia fue casi perfecta. Los poemas de  Mary Oliver fueron el disparador para esta actividad; no faltaron los mates, la música y la charla mientras que las tijeras hacían de las suyas con los papeles, las cartulinas y los versos tan conmovedores que nuestra poeta favorita nos dejó.










Qué productivas que son estas jornadas y cuánto las disfrutamos. Esperamos repetirla pronto.


marzo 13, 2023

Escritura automática

 En el Taller del Mate y en el Megáfono al sol estuvimos jugando un poco con la escritura automática. Esto es, escribir durante un tiempo determinado, breve, sin detenernos y tratando de dejar fluir lo que salga, intentando no pensar lo que vamos a escribir. Tratamos de que la razón no intervenga y que sea el inconsciente el que hable… y el que escriba.

El agregado: en el transcurso del ejercicio, la coordinadora dijo algunas palabras que había que incluir en el texto, hacerlas entrar en ese fluir de los enunciados: donde caen, caen. Las palabras elegidas fueron explosión, amarillo, globo.

Y este fue el resultado:


Karen Andrés 

Inesperado

Comienzo a escribir mientras pienso en la próxima palabra para incluir. ¿Habré entendido la consigna? ¿Seré clara con mis líneas? Esto de no saber el rumbo de nuestras palabras nos puede llegar a bloquear. Buscamos el camino, diferentes opciones hasta que una idea aparece como una explosión de alivio que nos ilumina y nos va guiando sin siquiera forzarlo. ¡¿Amarillo?! ¿Qué hago con el amarillo? Y sí, así es la vida uno va tranquilo pensando que ya tiene todo en orden y de pronto ocurre algo inesperado que nos hace tambalear y hasta querer desaparecer, salir volando como un globo, volar sin parar.


Gladys Di Salvo

Loco amarillo veneno

La casa se veía abandonada, triste, sucia. No podía dejar de ver la mugre en que se había convertido.

Mis rodillas temblaban, tuve que apoyarme en el auto antes de volver a entrar.

Lo que vi produjo en mí una explosión de angustia, rabia y bronca, todo en un segundo.

No podía creer estar pasando por esto, sentir invadida mi vida, mi casa, por gente de un loco amarillo veneno.

Pero yo sigo fuerte, con la certeza de que todo va a estar bien, aunque hoy eso parezca lejano

Puedo hacer volar un globo con mi deseo más urgente; y seguro que sí.


Gisela Cairo

Tengo sueño.

Esto de no dormir, esta vigilia, este esperar de ojos bien abiertos a mitad de la noche.

¿Qué espero? Será que la oscuridad invita a las respuestas, aunque siempre trae más preguntas.

En estado de alerta, la explosión de un instinto que me dice que algo tiene que cambiar.

¿Pero qué? ¿Y si soy yo la que está mal?

¿Cuál es la frontera que no debo cruzar para evitar traicionarme a mí misma?

¿Cómo se delimita el territorio de la experiencia? 

¿Dónde me pierdo?

Un resplandor amarillo se asoma por mis párpados entornados, que se resisten a cerrarse.

El sol, una lámpara, el recuerdo de un fuego.

Queda tanto por sentir, ¿es qué nadie se da cuenta?

La indiferencia es un globo a punto de explotarnos en la cara.



Charly Zerzer

Una explosión, vistió el globo de amarillo.

El puerco se vistió de rojo

su mirada hizo explosión cuando apuntó a la tortuga

el sol me pega de lleno

el calor es insoportable

nos corre el sudor

en Brasil el amarillo es intenso

sobre el mar se dibujan infinitas olas

la vegetación no me deja ver el tremendo animal

parecido a un rinoceronte

de repente

un globo cruza frente a mí

dejando una estela multicolor.


Quisiera…



Ariadna Boza

El incendio                                                                                                       

Un hombre caminaba lento por la vereda, iba aún dormido por la noche anterior ya que no había descansado bien. Estaba llegando a la parada del colectivo, cuando ocurrió una explosión. Que venía de una fábrica de chocolates que estaba en la misma cuadra. 

El fuego invadió rápidamente todo el predio. El hombre tomó su celular y llamó a los bomberos para que vinieran a apagar el incendio. El cartel amarillo de la fábrica estaba totalmente destruido por las llamas que no cesaban. 

Los bomberos tardaron diez minutos en llegar al lugar con su sirena característica.

Un niño venía caminando por la vereda de enfrente con un globo y quedó sorprendido por la magnitud de las llamas que veía en la fábrica.  


Laura Fraccaroli

Era un día de versus, una competencia o simplemente compartir el entrenamiento. Y ahí estaba yo con un porcentaje bajo de dignidad, un pelo muy despeinado y toda la remera mojada. Me tocaba descasar y ahora él entraba en actividad. También todo transpirado, las gotas le caían y como explosión iban al suelo, decidió sacarse la remera y fue en ese momento que casi me muero. No podía dejar de mirarlo, todo brilloso de sudor, su abdomen perfectamente marcado y que en cada movimiento se hacía más deseable. Pensé que si me cruzaba la mirada iba a quedar desnuda, tuve que mirar hacia la pared, ese cartel amarillo con una frase motivadora, para no caer en la tentación de seguir desnudándolo con la mirada. Tuve que hacer fuerza para cerrar la boca que se había abierto inconscientemente ante esa imagen tan sensual. Que por favor se ponga la remera, ahí puedo controlar un poco más este globo de pensamientos eróticos y algo cuestionables.


Elizabeth Bionda

El mar no se oponía.  Iba y venía con esténtores, rugidos, blancos, verdes, colores inciertos.  

Ella estaba de espaldas.  Él sacando “la” foto.  Hacía frío.  Tenía una campera roja (no vaya a ser que no se viera si había una explosión en el muelle donde tanto pescador ansioso de conseguir su preciada presa, iba y venía golpeando las maderas inciertas).  El rojo haría que se viera, que no se diluyera en el horizonte.

El amarillo no era un color que combinara con su piel y no se percató que su pantalón, ése que había agarrado a último momento, era… AMARILLO ¡!!

Él la miraba y de pronto, se la llevó un globo hacia el infinito.


Romina Gil

A veces, escribir sin sentido puede ser una fuente inagotable de diversión. No se sabe por qué caminos sinuosos puede llevarnos la mente. Quizás a relatar historias de veranos sofocantes o sobre el desamor, cuando una pareja hace explosión y se desarma en pedacitos. Otra cosa común son las anécdotas de la infancia, sobre todo las muy lejanas, cuando las cosas eran muy diferentes a las de ahora. Por ejemplo, la tele en blanco y negro, que no distinguían los amarillos de los verdes o rojos, todo en la gama de grises. O los juegos sin tecnología y con lo que teníamos a mano. Cumpleaños eran los de antes, no existía el pelotero, se hacían en casa, con globos y guirnaldas hechas por tías y abuelas. Listo.


Liliana Taranto

Las palpitaciones de mi pecho se asemejan a un pre infarto. Pregunto, ¿qué ha pasado? Será el calor abrazador de enero que hace que mi sangre fluya como una explosión de sentimientos encontrados. ¿O será algún pasaje de mi vida oculto? 

Mis dudas hacen que me sienta ahogado. Que las venas de mis brazos se hinchen como para reventar, como ese globo amarillo que acaba de pisar ese auto; y el llanto de ese niño me retrotrae al encuentro con mi padre.


marzo 10, 2023

El secreto mejor guardado

         Era un pueblo pequeño, todos se conocían y ellos formaban una familia perfecta.  Matrimonio en buena posición económica, una gran casa con pileta de natación y un gran parque le daba el marco para que fuese un cuadro apacible en una comarca con montañas y la playa cercana.

Allí creció la familia.  Allí eran el retrato del sueño americano de los ochenta. Ella licenciada en ciencias de la educación y él un próspero hombre de negocios. Tenían dos hijos y una hija, que para no vivir lejos habitaban la casa de enfrente, con un nieto hosco como todo adolescente y un poquito más también, por su adicción a las drogas, de la que todos luchaban para hacerlo huir de tal adicción.

De los dos hijos varones, uno era contador y el otro solía hacer malos negocios, de los que siempre lo hacía zafar su padre.

El hijo contador tenía a su vez dos hijos pequeños y el otro, separado y un tiro al aire tenía una hija discapacitada.  Tal vez su ineptitud para los negocios se debía a su preocupación por la enfermedad de Mary, su niña.

Toda calma a veces se sacude intempestivamente.  La vida familiar se alteró profundamente cuando el padre del hogar, sufrió un infarto y no pudo salir de él.  La madre al quedar sola, entrego todas las finanzas del hogar a su hijo contador.  A menudo este le recriminaba por los gastos excesivos hechos ya sea para su nieto adicto o su hijo menor, que siempre andaba de mal en peor.

 

Horror en el pueblo, espanto en la hija que descubrió el cadáver de su madre, apuñalada varias veces en un charco inmenso de sangre. Todo en orden, solo faltaban los papeles de la administración que hacía su hijo contador y el dinero en efectivo que era bastante, porque habían vendido unas tierras.  Es decir que fueron en busca de lo que estaba en la caja fuerte, nada más. Esta no estaba forzada pero era probable que la habían obligado a la víctima. Pronto la policía y los investigadores de homicidios se hicieron presentes.  Todos parecían inocentes y todos a su vez eran posibles homicidas.  Siempre se busca en casos de asesinatos en el entorno ya que la mayoría de las veces, aquí encuentran al culpable.

Hijos sorprendidos, llorosos e indignados por considerarlos sospechosos.  ¿Pero si en realidad un extraño que sabía del dinero que guardaba en su casa?  Aquí nuevamente las miradas se dirigen hacia el hijo administrador.  Solo él sabía de esto.

 Pasaron días, meses y hasta años.  El crimen fue el asesinato perfecto pues no encontraban a los culpables.  Todos los investigados tenían una coartada.

Solo el cura de ese pueblo, conocía el secreto.  Él sabía quién era el asesino.  Revelado en secreto de confesión no podía revelarlo.

La hija que descubrió el crimen no era.  Ella llegó y quedo profundamente impresionada.  Su hermano contador tenía su vida resuelta y contaba con una coartada fuerte.  Había estado en esa época en el extranjero y no podía haber contratado a un sicario porque no ganaba nada con esta muerte, más que dolor.

El cura cuando confeso al hijo menor pensó que hallaría allí al culpable pero hundido en la bebida y el dolor no parecía ser culpable.

Tampoco era el nieto… pero ¿Quién era? Se preguntaba el cura cuando entró ella y confeso lo inconfesable.  La había matado ella por venganza.  No quería su dinero pero lo llevó para que culparan a su hijo por la falta.  Ella., la muerta, siempre la denigró.  No la consideraba lo suficiente digna para su hijo.  La ex esposa del hijo menor había realizado el crimen perfecto y logro lo que deseaba.  Venganza y que dudaran de toda esa familia perfecta.  Hasta del cura se vengó confesándose con él… después de todo él también puso en duda por su religión si casarla o no.  Ahora el cura cargaba con la culpa de saber quién era el asesino y no poder contarlo.


Susana Palacios - Taller del Mate