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Toto era mi tío pero no era mi tío, yo lo quería mucho y le decía tío porque todos en casa le decían así, pero un día pregunté si era el hermano de papá o de mamá (porque en la escuela hicimos el árbol ese de la familia que no me acuerdo como se llama) y me dijeron que no era el hermano de nadie, y yo dije ¡pero le decimos tío Toto! y mi abuela dijo que eso era porque lo queremos mucho, entonces yo pregunté de vuelta ¿pero es mi tío o no es mi tío?, y la abuela dijo que sí pero no y no entendí, pero igual era cierto que yo también lo quería mucho así que le seguí diciendo tío Toto.
Una vez no me dejaron ir a su casa, que quedaba al lado de la nuestra, porque Toto no se sentía bien, y pasaban los días y no me dejaban ir a verlo ni a jugar a la pelota con él en el comedor de su casa. Me gustaba ir porque era divertido cuando Toto se reía a carcajadas porque la tía Rosa, que tampoco era mi tía, se enojaba y gritaba finito cuando tirábamos todo con la pelota. Pasaron un montón de días y no me dejaban ir a ver al tío, hasta que sonó el teléfono y cuando mamá atendió se puso a llorar, y cuando la abuela preguntó que pasaba mami dijo “Toto partió” y las dos lloraban. Yo preguntaba y nadie contestaba, pero algo raro pasaba porque me empezó a doler la panza y la garganta. Me quedé dormido en el sillón, cuando me desperté estaban mami, papi y la abuela sentados mirándome con cara triste, entonces papi dijo que el tío Toto se sentía muy muy mal, los doctores no lo pudieron curar y se fue al cielo. ¿Cómo se fue al cielo, en avión? ¿y cuándo vuelve? pregunté, y me dijeron eso, que se lo llevaron los angelitos. ¡Pero Toto es muy gordo! ¿cuánta fuerza tienen los angelitos? A mí me parecen chiquitos para tener tanta fuerza… ¿y por qué no va a volver? ¿se portó mal y no lo dejan salir? ¿o la tía Rosa se enojó mucho porque tiró todo con la pelota y lo mandó en penitencia con los angelitos? Todo eso preguntaba yo y papá dijo que ahora no entiendo, pero cuando sea más grande voy a entender, y me mandó a dormir, que al otro día había que ir temprano a despedir al tío Toto.
No entendí nada, me quedé con los ojos abiertos pensando cómo habían hecho los angelitos para subir hasta el cielo cargando a Toto en sus alitas, y pensaba también que le iba decir a la tía Rosa que lo perdonara así lo dejaban volver. Al otro día nos cambiamos y fuimos a un lugar que se llamaba cementerio. Cuando vi a la tía Rosa fui corriendo a decirle que dejara volver a Toto, que no íbamos a tirar más las cosas con la pelota. Ella se puso muy triste, tenía lágrimas por toda la cara, y me dijo:
--Mi amor, no estoy enojada con el tío, él se fue al cielo porque se murió.
Mamá me agarró de la mano y me llevó con ella un poquito lejos de la gente, que era mucha, y estaban todos tristes. Nos sentamos en un banquito parecido al que había en la plaza, mami se puso muy cerquita de mi cara y me dijo:
̶ Chiquito, el tío Toto se murió y se fue al cielo, así que ahora está mejor, ya no le duele la panza ni nada.
̶ ̶ ¿y acá qué estamos haciendo?
̶ Acá vamos a dejar el cuerpo del tío y cuando quieras lo podemos venir a visitar, y traerle flores.
̶ ¿Entonces el tío se murió, se fue al cielo y ahora su cuerpo está acá?
̶ Sí.
Me quedé mirando lo lejos que estaba el cielo, miraba la tierra, miraba el cielo, miraba la tierra… Ahí entendí: el tío Toto se fue al cielo con los angelitos, pero como era muy pesado no lo pudieron agarrar bien y se les cayó. Por eso se murió. ¡Mirá lo lejos que está el cielo!
Adriana Sicilia - Taller del Mate