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julio 28, 2022

Para seguir al pie de la letra

 

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La receta es muy complicada, así que trate seguir las indicaciones al pie de la letra. Prendemos la hornalla y en una olla echamos 35 litros de agua, 20 kilos de carbono y amasamos.

Agregamos un frasco entero de emociones felices e, instantáneamente, agregamos media cuchara de decepción. Si es posible que sean emociones y decepciones cultivadas por uno mismo, las que se consiguen en supermercados tienen muchos conservantes y aderezos falsos. Pero si conoces a algún distribuidor confiable, cómprale a él.

Después agregamos hojas azul esperanza en una olla y las hacemos hervir hasta que nos quede un caldo y las hojas se deshagan con el agua.

Agregamos el caldo de la esperanza a la masa y seguimos revolviendo.

Frutos secos y normales directos del jardín de las ideas. Los secos los molemos en un mortero, los otros los cortamos como queramos y lo agregamos a la mezcla. Seguimos batiendo el preparado.


Agregamos ingredientes técnicos como lo son:

4 litros de amoniaco

1,5 kilogramos de cal viva

800 gramos de fósforo

250 gramos de sal


Empezamos a mezclar y ahora la cosa se nos va a poner un poco gris… está bien, nada más hay que agregarle color.

Cortamos ramitas de voluntad y pasión, con 3 o 4 de cada va a ir bien.

NO AGREGAR DE MÁS, NI DE MENOS. Se pueden conseguir muy fácil en los árboles de cualquier plaza. O se los puede comprar a los apicultores de las abejus laboriosus.  

Podemos agregar un colorante a elección. Acá van algunos ejemplos: blanco ingenuo, rojo enojado, amarillo soñador, verde estoico, etc.


Agregamos los siguientes componentes sin importar el orden;

100 gramos de salitre

80 gramos de azufre

7,5 gramos de flúor

5 gramos de hierro

3 gramos de silicio


Podés agregarle una barra de rebeldía o unas tres gotas de sumisión destilada. La calidad no varía según el distribuidor, así que no es importante darle vueltas al asunto. Si agregas los dos ingredientes, el último que agregues invalidará los efectos del primero, por lo tanto, ambas sustancias no pueden convivir en el preparado.

Seguimos batiendo y amasando hasta que comience a moverse y a salir espuma o burbujas. Ahí lo tapamos y esperamos 25 horas.

Ya tiene una persona lista para lo que necesite.


Nicolás Fortunato - Taller El Megáfono al Sol



julio 27, 2022

Huellas en el desierto, de Gabriela Margall

 Por Romina Gil (Taller de la Luna)



Título: Huellas en el desierto
Autora: Gabriela Margall
Editorial: Vergara
Páginas: 240
Año: 2017

Huellas en el desierto nos cuenta la historia de amor entre la escritora Agatha Christie (¡sí, la creadora de Hércules Poirot!) y el arqueólogo Max Mallowan. A medida que pasamos las páginas, vamos siendo testigos de cómo se conocieron y cómo fue creciendo el amor entre ambos. Al principio ella estaba un poco reticente, el hecho de estar divorciada de su primer marido y ser quince años mayor que él, la hacían sentir confudida. Pero luego se deja llevar y acepta sus propios sentimientos.
Este libro es, además, un viaje por el desierto del sur de Irak, lugar al que ella va invitada por un matrimonio amigo, un arqueólogo y una ilustradora, quienes le presentan a Max. 
Una perlita: Gabriela Margall nos cuenta, como al pasar, qué hacía Agatha Christie a la hora de escribir sus historias, cómo ideaba la trama de misterio que caracteriza a su literatura y en qué se inspiraba para crear a sus personajes (si Agatha fuera una compañera nuestra del taller, seguro que todo esto saldría publicado en la sección "rituales de escritura"). A lo largo del libro aparecen los títulos de las obras escritas en esa época (década del 30), así nos enteramos que, por ejemplo, Asesinato en el Oriente Express fue inspirado durante ese viaje.
Huellas en el desierto es un libro entretenido, ágil de leer, ideal para salir de un bloqueo lector o mechar entre libros con temáticas más profundas.
Personalmente, no he leído ningún libro de Agatha Christie, pero ahora se me despertó la curiosidad. ¿Por cuál empiezo?


julio 25, 2022

Relámpago

 

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Cerré los ojos, primero suave, después fuerte apretando las lágrimas y tratando de no enumerar los errores…. Cada uno llegaba como un relámpago enceguecedor, no ver… no pensar.
Aquello que fue señal de felicidad hoy es marca de desdicha.
Los fantasmas esparcidos por la casa, traen una y otra vez recuerdos que intentan justificar el final. Anika ladra, entra y sale enérgicamente, intentando inútilmente llamar la atención. 
La realidad se amontona en la garganta cayendo de boca en su boca, impidiendo el lamento sanador.
El diafragma se contrae y empuja hacia abajo, pero no hay aire, solo dolor. Es parte del ejercicio del adiós. 
Alternando con la idea de que ganar es tan fácil, que la ilusión es genuina, que no existe la contradicción para sentir, que la siguiente vez pedirá permiso, que es lo merecido, que es lo no deseado, voy cerrando pasados turbulentos.
Y así entre la insania de ser feliz y lo irracional de la soledad confecciono un ritual de regeneración, que me permita volver a mí.

Alejandra Rozas - Taller de la Luna


julio 21, 2022

Mermelada de naranjas

 

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No me gusta la mermelada de naranjas ¡es muy ácida!, la de durazno, damascos o hasta una de peras puede ser, pero de naranja no. Esa siempre era mi respuesta cada vez que mamá compraba precisamente la mermelada que no me gustaba, ella decía que era un capricho y puede ser que así fuera, pero yo lo sostenía con orgullo. Hasta que un día apareció la tía Chola, les aclaro que no es una tía más, para mí ella era “LA TIA”, será porque me malcriaba, me daba todos los gustos, la que siempre tenía tiempo para escucharme, la que cambiaba el menú a mi antojo y tenía un chocolate Biznike guardado para sorprenderme. Todo lo que ella decía para mí era palabra santa. Esa tarde, al llegar de la escuela, me esperó con la merienda como tantas veces, pero en esta oportunidad cuando llegué me dijo: Mirá que rica mermelada de naranjas te preparé, ¿sentís el aroma que quedó en la casa? Fijate que color brillante tiene, te hice tostadas para que la pruebes ¡te va a encantar! No sabía cómo decirle que no, ella la había preparado con tanto amor como todo lo que hacía siempre. Pero junté coraje y hablando bajito como disculpándome le dije que no me gustaba (muchos años después me enteré de que ella ya lo sabía) pero en ese momento sentí que se me partía el corazón por despreciar su merienda. Mi tía era muy sabia y me conocía más que nadie,  me dijo que no era cualquier mermelada, ésta era única porque estaba hecha por ella, porque había elegido minuciosamente cada fruta y además le había agregado un ingrediente especial, que estaba segura que me iba a gustar muchísimo, al escucharla se activó mi curiosidad por conocer ese ingrediente secreto y comencé a tirar opciones para ver si adivinaba, no acerté con ninguna, al preguntarle por enésima vez, me comentó que estuvo varias horas al fuego atenta revolviendo para que no se perdiera nada en la cocción y que la forma más fácil de develar el misterio era sólo probar un poquito de su mermelada mágica. Al principio me rehusé, ella sabía que no iba a aguantar mucho tiempo, que mi ansiedad me ganaría y que al menos una cucharadita llegaría a mi boca. Así sucedió, me dijo que cuando la probara pensara que la había hecho especialmente para mí y debo confesar que me encantó su sabor, para nada ácido como yo lo imaginaba. Cuando se lo dije, me sonrió con una sonrisa de esas que acarician, conociendo de antemano mi respuesta. Le pregunté que había usado para lograr que la mermelada de naranja me gustara, tenía que saber cuál era ese ingrediente secreto. Entonces, me contó que esa receta se la enseñó su madre hacía muchísimos años cuando ella tenía mi edad y ahora era el momento justo que yo la aprendiera también, la receta tiene: 4 naranjas, 1 manzana, 1 limón, azúcar y agua.

Me sentí un poco decepcionada, no veía ningún ingrediente fuera de lo común, su respuesta a mi gesto desilusionado fue, es el amor con el que me dedique a hacerla, estoy segura que cada vez que la prepares, recordarás este día y lo especial que sos para mí…

Pasaron muchos años, jamás olvide la receta que nunca fue escrita, ni la dulce sensación del sabor al probarla ese día, ni las palabras amorosas de mi tía.

Cada tanto, mi casa se llena de ese aroma particular, dedico esas horas a cuidar su cocción con esmero para que esas personas elegidas que prueben la mermelada de naranjas, sepan lo especiales que son para mí y me den la oportunidad de contar esta historia.


Laura Martínez - Taller del Mate





julio 18, 2022

Un invierno en primavera

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Despierto. Mis párpados abotagados, tardan en abrirse. Quizás no quieran hacerlo. Apenas entreabiertos velados por espesas pestañas, ven el sol colarse por las hendijas. Es una mañana de primavera y la suave brisa trae el perfume de los azahares y el trino de los pájaros. El cuerpo me pesa. ¿Existe algo más vivificante que un día de primavera? Sin embargo… Algo me detiene, me amarra a esta cama. Una bruma espesa de tristeza me envuelve.  Seguramente ahí fuera está el sol jugueteando entre las hojas de los árboles y el verde se tiñe de amarillos y naranjas.

Ayer fue un día difícil. La esperanza se puso su traje de superhéroe para vencer a la muerte y no funcionó. No pudo detener tu agonía. La soledad me envolvió, me abrazó hasta quitarme el aliento. ¿Cómo podría habitar mis días sin tu presencia silenciosa? Las fuerzas me abandonaron y casi como un despojo, me tiré en la cama, cerré los ojos, esperando que el sueño me sorprenda mientras los recuerdos se agolpaban, en la convicción de que no querría caminar sobre tus huellas dormidas y allí me quedaría, simplemente recordando.

En el aire resuena el golpeteo de la pala abriendo la tierra. Todo se tiñe de gris. No quiero ver, no quiero sentir, quiero quedarme aquí, mirando el cielo desde mi ventana, sólo eso y nada más.

Mientras miro el cielo, lentamente algo me impulsa a incorporarme y me reflejo en el espejo. Escucho pasos, voces y unos ojos de mar y cielo que me miran con pena. Desato mis ataduras, atravieso la bruma, salto de la cama, recojo mi pelo, elijo mi ropa y una fuerza inesperada asoma en mi mirar. La vida espera y yo aún puedo con ella. 


Claudia Velázquez - Taller del Mate



julio 14, 2022

La torta de ricota de Doña Juana

 

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Hace un par de meses salí a hacer compras y en mi puerta me crucé con Marta. Entre saludos y disculpames, me pidió la receta de la torta de ricota de mi mamá. Le dije que después se la pasaba.
Una semana después, la encontré en la parada del colectivo. Su pedido fue el mismo y mi respuesta también.
Al mes, aproximadamente, de esos cruces vecinales, fui al almacén y allí estaba Marta. Entre risas y sonrojos le dije que ya se la escribía en un papelito.
Las cosas importantes se escriben en papelitos.
En ese papelito escribí la receta de la torta de ricota de mi mamá. Era la más popular del barrio (su torta de ricota) (y mi mamá también). Era el peaje que pagaba para ir a los cumpleaños, casamientos, bautismos, y todos los etcéteras que se te ocurran .
Ahora la hago yo. Me apropié de esa parte de la herencia, la culinaria, de "Doña Juana".
 
Pones en la mesa dos tazas de harina leudante y una de Maizena en forma de corona. Las tazas son los jarros que se usan para el desayuno, no las chicas de té.
En el centro colocas casi doscientos gramos de manteca blanda, la aflojas un poco con la mano y le agregas una taza escasa de azúcar, lo seguís mezclando y le incorporas dos huevos y una clara, esencia de vainilla y ralladura de lo que te guste, limón o naranja.
Cuando juntaste todo lo del medio, le vas incorporando la harina de alrededor sin amasar demasiado.
Mi mamá la dejaba sobre la mesa mientras preparaba el relleno, yo la guardo en la heladera.
Colocas en un recipiente novecientos gramos de ricota, tres cuartos de taza de azúcar, lo que te quedó del paquete de manteca, esencia, ralladura, mezclás y probás. Si está a tu gusto le agregas una yema.
Lo demás, ya lo sabés. Separas en dos partes la masa, colocas en una pizzera enmantecada y enharinada la parte más grande estirada, le agregás la ricota y tapas con la otra parte.
Mi mamá decía que a los 25 minutos ya podías empezar a ver si estaba. En mi casa tarda una hora.
¿Sabés una cosa? Las últimas veces que la hizo viviendo en su casa, siempre tenía algún defecto o se olvidaba de ponerle algo. Lo que nunca le faltó fue el Amor.

Mary Brucculeri - Taller de la Luna


julio 11, 2022

Herencia

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Con el paso del tiempo

todo tiene sentido 

lo que se fue, 

es para que no sufras

lo que quedó, 

estará en mí

mientras viva.


El sonido de tu voz 

palpita en mi pecho, 

tu hablar pausado

aún me arrulla

los ángulos de tu rostro

enmarcan mi lado vulnerable

sensible y alerta.


La profundidad de tus ojos

acompañan mis noches a solas

y en un sueño te traen

hasta mí.


Tus chistes absurdos 

siguen dibujando mi risa fácil

tan parecida a la tuya.


Tus palabras (todas)

las que me enseñaste

a escuchar 

a contar

a escribir

a decir

a leer


Las que aparecen 
en hojas amarillas
en una tarjeta de cumpleaños
o un trocito de papel
las escritas en un acróstico
el día que nací.
Las que me decís a diario
en silencio
marcan el camino
que me animo a recorrer
para dejar a los míos
lo mejor que puedo.

Laura Martínez - Taller del Mate



julio 08, 2022

La pelota

  Consigna de escritura #24

Señoras y señores, ha llegado otro... ¡VIERNES DE CONSIGNA! Un disparador para dejar volar la imaginación y ponernos a escribir.
¡Que lo disfruten!





julio 07, 2022

¿Qué voy a cenar hoy?

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 ¿Qué voy a cenar hoy? Son las 11 de la mañana, todavía falta, después pienso y voy a comprar. Bueno tan después no voy a pensar, si no se me va a hacer tarde y voy a tener que ir a comprar a la tarde. No me gusta, nomegustairacompraralatardeeee, menos si hace frío y ya está oscuro, yo ya estoy para el pijamita a las 7 de la tarde, no me jodan. JA, dice que está preocupado por mi comida de esta noche, me hubiera preparado algo y listo, qué tanta preocupación. “No te preeocupes por mí, despuééés pienso algo para cooomer y salllgo a comprar”. ¿Qué voy a comer? En la heladera hay guarnición, hay mantecol o manzanita para el postre pero qué voy a cenar. Un gin tonic, unas ganas de hacerme un gin esta noche, tranquilita, tomarlo mirando una serie… Faa, placeres de la vida, qué ganas de tomarme un gin esta noche. ¿De arándanos? ¿Manzanilla? ¿Rosa mosqueta? Bueno, después veo, falta todavía. Igual siempre pasa algo que no me hago el gin. No importa, hoy voy a tomar el gin. ¿Qué voy a cenar? El freezer, el freezer tiene todas las respuestas, o casi. Uh, me olvidé de llenar las cubeteras, necesito hielo para el gin. A ver, a ver, ¿qué hay acá? PATITAS seeeeeeeee leeeesto. Esta noche salen patitas. Y hay papa. Unas ganas de comer papa al horno pero ¿pegan con las patitas? Patitas con papa al horno… mmm… cualquiera me parece. Papas fritas no voy a hacer, ah un purecito capaz, prefiero la papa al horno pero fue, un puré. Patitas con puré.


Horas más tarde…


¿Qué hice con la fuente? Ah, sí, está lavada, está acá. Ah, qué placer cuando no hay cosas sobre el repasador para secarse. QUÉ PLACER. Gracias Karina del pasado reciente por secar y por guardar. Le hace bien a mi alma. Un chorrito de aceite, prendo el horrrno. Bue, siempre saco el dedo antes. Va de nuevo, ahí está. Bueno que se caliente un poquito y después mandamos las patitas. Ah, las papas. Qué bien voy con las papas. Antes tardaba siete años para pelar una papa chota. Qué invento noble el pelapapas. Igual, creo que jamás seré como mi nona, que te pelaba 1 kilo de papas con cuchillo en dos segundos. No tengo esa imagen en mi cabeza, no sé cómo hacía, tampoco se lo pregunté, pero bueno, no hay nadie que pele a esa velocidad, estoy segura. Bueno, agüita en la olla, a hervirrrr, papitas, pisar las papas y sale ese purecito con manteca, pimienta, nuez moscada y sal. Y leche, no hay que olvidarse la leche. Patitas en la fuente, ¿cuántas voy a comer? mmm… eh… cinco, ya fue. Tuki, al horrrrno. ¿A ver si esto ya está? Bueno bueno, eeeh. Qué rico, patitas con puré. Uhh. Me olvidé de hacerme el gin…


Karina Zangaro - Taller del Mate




julio 04, 2022

Escribiendo cartas con el mazo Posdata

 

Resulta que en los talleres estuvimos jugando con el precioso mazo de Tinkuy titulado Posdata, idea de Alejandra Correa. Algunos de los resultados son los siguientes textos, producidos en vivo, en el momento, en: Taller del Mate, Taller de la Luna y Taller El Megáfono al sol.




Guadalupe Blanco (Taller El Megáfono al sol)

(una carta aclarando un malentendido, a un ser de otro planeta, con la postdata: No todas las cartas de amor son ridículas, señor Pessoa)

Querido señor Pessoa:

No sé cuándo le llegará esta carta, el correo intergaláctico suele tardar mucho a veces.

Quería aclarar el asunto de la nota que le envié a su hijo. Sí, fui yo quien la envió. Tuve que poner el nombre de mi prima porque en la Tierra está prohibido enviar cartas hasta Saturno siendo menor de edad. No estaba enterada de que usted estaba peleado con mi familia materna, pero no me importa lo que sea que haya pasado antes, su hijo y yo no tenemos nada que ver y somos libres de amarnos sin importar a cuantos años luz de distancia nos encontremos. Menos, los conflictos familiares.

Por favor, no impida que le lleguen mis cartas, ni que me lleguen a mí las de él. Es el único método de contacto que tenemos. Y sepa que, si por mi fuera, construiría con mis propias manos un cohete para viajar hasta allá. Sin importar las restricciones intergalácticas o las que imponga usted o mi propia familia.

 

Salude de mi parte al amor de mi vida

 

                                                                 Guada

 

PD: No todas las cartas de amor son ridículas, señor Pessoa. Se bien que las leyó.

 

 

Elizabeth Sanabria (Taller El Megáfono al sol)

(una carta pidiendo perdón, a un antepasado que te hubiera gustado conocer, con la posdata: acaba de pasar delante de mí un tren cargado de fantasmas)

 

Querido abuelo:

Entre tantas cosas, me olvide de avisarte de que las vaquitas ya no están. Que mil cosas de las que tenías ya no están. Y me preocupe al principio, pero mi papá decía que eran muchas cosas y que él no podía porque estaba en Buenos Aires. Sé que te costó un montón de trabajo mantener a las vaquitas, caballos y siembras. Por eso el motivo de esta carta, te pido perdón porque mi desinterés al principio, pero siempre pensé que sería lindo ver tu granja. Ver como crecían los tomates y los zapallos y sobre todo ver los atardeceres en Salta. El asfalto que piso todos los días no se compara con la tierra que abrazaban tus pies. Tengo algunas fotos tuyas, y las miro con atención. La similitud con mi papá y el tío, el pelo, la barba y la sonrisa. Creo que algún día podre ir para allá, para observar otros atardeceres y sentir que alguna vez esa tierra fue nuestra. Hoy en día ya funcionan los trenes hacia Salta, sabía que te gustaban los trenes porque me contaron que trabajaste en unos. ¿Cómo habrá sido en esa época? Me gustaría que algún día me cuentes.

Saludos tu nieta Elizabeth

Pd: acaba de pasar delante mío un tren cargado de fantasmas.

 

Rita Lugones (Taller de la Luna)

(Una carta solicitando algo a un antepasado que me hubiera gustado conocer, con la postdata: lloré todas las lágrimas que tenía)


Querido Tatarabuelo Eloy:

Sé qué al llegar estas líneas al cielo, vas a estar gozando del paraíso porque sé que fuiste un buenazo y que, a pesar de no haberme conocido, siempre soñaste con una familia enorme que te recordara siempre porque no hay más verdad más grande que esa que profesa “se muere a quien se olvida”. Yo no te conocí en persona, pero las fotos nos cuentan historias y que en no mucho tiempo comenzaré a contar yo para que no los olviden, para que no nos olviden,

Te cuento que cada vez que miro las fotos imagino que a medida que se van yendo arman una enorme reunión en familia, en una mesa grande repleta de majares. Es por eso que te escribo para pedirte dos cosas, la primera es que a poco de que se haya ido para ese lado la tía, te pido por favor la recibas con los brazos abiertos, así no nos extraña y lo otro no menos importante, que le digas al mandamás que la tierra también existe, que no se olvide de nosotros, que entre tanta gente se nos va perdiendo la humanidad.

Bueno Tata, no quiero entrar en detalles de cómo está la tierra ahora porque sería muy triste, ya demasiada tristeza hay por estos lados con las guerras y esas cosas.

Te mando un abrazo gigante y me despido con un hasta luego y muchos abrazos para toda la familia que te acompaña.

 

PD: lloré todas las lágrimas que tenía

 

 Liliana Taranto (Taller de la Luna)


Te escribo porque nunca supe nada más de vos. No sé si te acordás. Hace bastante tiempo desde aquel terrible naufragio. Sentía que iba descendiendo a la profundidad, a lo desconocido, a un lugar sin final, sin poder respirar; sintiendo como iba apagándose todo, miles de imágenes pasaban por mi mente, queriendo aferrarse a una sola, para poder emerger, y de pronto, apareciste con tu esbelta figura, tus largos cabellos trenzados de infinitos colores, como bordados por un sin fin de pececitos.

No sé qué paso, si te volveré a ver, acá todo es azul y espumoso, como si el tiempo se hubiera detenido. No te imaginas cuanto deseo verte. 

Esto lo escribí para no olvidar ese instante de mi vida, como un ángel apareciste, y comencé a vivir.

Me hundía en la profundidad

en el mar y la arena,

nacían hiedras como sogas,

 sin dejar emerger, 

pero mis pensamientos

las convertían en flores,

en dos fuertes brazos, 

que me ayudaron

a salir de la oscuridad

 

 

Romina Gil (Taller de la Luna)

(una carta de buenas noticias, a un amigo/a, con la postdata: ¿a que no sabés con quien me encontré la semana pasada?)

 

Querido Louis,

Te escribo para darte una buena noticia. Finalmente, y después de tanto esperar, se vendió tu cohete. Quien lo compró me dijo que lo iba a usar en las próximas vacaciones de invierno. Está muy deseoso de hacer turismo interestelar. ¡Por fin vas a poder comprarte esa nave que tanto querías!

Decime qué día te queda cómodo para venir a la agencia a firmar los papeles.

Nos vemos pronto,

Minerva.

 

PD: ¿A que no sabés con quién me encontré la semana pasada? Con Mindy. Parece que Mork la dejó por otra, pero eso te lo cuento bien cuando nos veamos.

 

 

Oscar Cesareo (Taller de la Luna)

(una carta de buena noticia a alguien de otro planeta, con la postdata: acá todo es azul y espumoso)

 

Estimado señor:

En principio le pido que me disculpe si el trato de Señor no se aplica en este caso. No sé cuáles son las formas de estilo que se usan su lugar, para nosotros un planeta lejano. Tampoco sé cuál correspondería usar de acuerdo al sexo, edad, estado civil, jerarquía, etc. Descontadas sus disculpas, paso a comentarle el motivo de esta carta.

Ud. sabe que en la tierra estamos viviendo situaciones climáticas extremas, a lo que se suman infinidad de problemas económicos y sociales. Previendo un colapso irreversible que haría imposible la vida aquí, hemos evaluado la posibilidad de ocupar otros planetas. De todas las exploraciones y estudios realizados, surge que su planeta sería el que brinda las mejores condiciones para la vida humana. Por tal motivo estuvimos a punto de emigrar, con la esperanza, además de que seríamos bien recibidos por Uds. tal como indican nuestras investigaciones.

No obstante lo dicho, ahora Ud. recibirá una buena noticia: ¡No iremos! El colapso en la tierra ocurrió antes de lo previsto. La humanidad ya no tiene destino. Estamos en la antesala del fin.

¡Queden tranquilos, no iremos! Acá se perdió todo, ya no hay ni colores en el aire.

¡Saludos!

 

PD: acá todo es azul y espumoso

 

Mary Brucculeri (Taller de la Luna)

 

(Carta solicitando algo, a un antepasado que te hubiese gustado conocer, con la posdata: Apenas nos veamos, verás cuánto he envejecido)

 

Estimado Padre Brucculeri:

                           Supe de tu existencia casi por casualidad. Allá por el año '95, leyendo a Gramsci te encontré. Comenzó mi curiosidad, pero no tuve forma de saber quién eras. En nuestra familia seguramente nadie lo habría leído. Mi mamá no sabía si un sacerdote formaba parte del árbol genealógico, y mi papá ya no estaba.

El libro en cuestión decía algo así:..."porque según los dichos del padre Brucculeri"…y seguía, obviamente, con un montón de sus fragmentos. Creo que tuve que leerlo muchas veces para entender el contenido del libro, porque cuando pasaba por esa cita, me detenía ahí.

Cuando viajé a Italia tampoco obtuve respuestas, nadie sabía de vos.

El libro se lo regalé a Óscar que en ese momento estudiaba Ciencias Políticas y Castellano. Ahora sólo me queda el recuerdo. Pronto volveré a comprarlo.

No sé cuáles eran tus principios fundantes, tu ideología, pero igual te admiro.

En fin, creo que en alguna otra vida nos conoceremos.

         Ti voglio bene

                                    Mary

P.D: Apenas nos veamos, verás cuánto he envejecido ( no me quiero imaginar vos).

 

 

Gustavo Duffau (Taller del Mate)


Para mi último amor:

Yo sé que en algún momento nos vamos a conocer, espero que no sea tan pronto.

Quisiera aclarar algunos puntos de antemano para no generar futuros malentendidos.

A lo largo de esta vida vos tendrás tus mañas y yo las mías, que son varias, admito que escribí mucho sobre vos, tal vez siendo prejuicioso antes de tiempo. Quizás no seas mala solo me dejo llevar por otros dichos.

Es que a veces temo no tener tiempo de hablar sobre vos o que a la hora de hablar nadie más me escuche.

Solo espero que a la hora de entregarme a vos no sea un amor agónico o desesperante, que no me lleves a desgaño a recorrer el mundo.

Tampoco te aflijas si ante tu llegada te recibo con ojos de susto o con cara de desprecio, es que del amor al odio hay un solo paso y este paso junto a vos parece ser decisivo y tan extraño.

Ojalá tu tren se retrase por muchos años y que los vagones pasen y pasen y yo te siga mirando de lejos, aunque te sienta tan cerca.

 

PD: Acaba de pasar delante de mí un tren cargado de fantasmas.

 

Charly Zerzer Agosti (Taller del Mate)

(Una carta de enojo, a una persona desconocida, con la posdata: los astros no nos estarían ayudando)

 

¿Quién sos?¿Quién te creés que sos? Porque tenés semejante auto ¿pensás que sos el dueño del mundo?

Menos mal que pasé de casualidad por este barrio de mierda. Eso me asegura el no conocerte y que nunca podría haberte conocido. Mucho menos haberme degradado como persona estableciendo una amistad con vos. ¡Pedazo de inmundicia!

¿Cómo te atreviste a cortarme el paso?¿Tenías que bajar a buscar todas esas cartas de Tarot que se te volaron del auto?¿Querés terminar en un hospital?¡Vos estás más para el psiquiátrico!

 

PD: perdoname pero es evidente que los astros no nos estarían ayudando a ser más cercanos. ¡Pelado!

 

 Adriana Sicilia (Taller del Mate)

Mi querido Extra Terrestre:

                                                 Pensé mucho en escribirte estas líneas, hacía bastante que no pensaba en vos, creo que sin darme cuenta me impuse olvidarte, pero no pude. Supe que la nave estaría por el bosque esta semana y me decidí creo que tenés que saber lo que siempre sentí y nunca dije.

Desde la primera vez que te vi, supe que mi amor por vos sería para siempre, aunque fuera imposible que te quedaras en la tierra, pero confieso que legue a soñar que te quedaras. ¿Cómo no enamorarme de tus enormes y tiernos ojos, de ese cuello que se alargaba y se contraía, y que me daba unas ganas locas de besar en toda su extensión, de ese dedo divino, largo, luminoso, con el que tuve tantas fantasías?

Pensarás que era una niña inocente en aquel tiempo. Te cuento que las niñas también se enamoran y yo crecí de golpe cuando mi hermano me mostró que estabas en la casa. Sencillamente me morí de amor y de ganas de irme con vos a tu planeta. La verdad es que te ayudamos a volver para que los estúpidos terrícolas no te lastimaran, pero yo deseaba que te quedaras para siempre acá y que tuviéramos hijitos que pudieran alargar el cogote y revivir plantitas con el dedo. Pero como no todo lo que se quiere es posible, preferí ayudar a que volvieras con los tuyos. Hoy confieso que te amé, te amo y te amaré, y si volvés con la nave que llega esta semana esta vez me voy con vos aunque mamá nunca me perdone.

                         Con todo mi amor, a la espera de tu respuesta

                                                                                             Yuli

P.D.: ¿A que no sabes con quien me encontré esta semana? Te doy una pista: todavía tiene la bici con el canasto en el que te escondimos para llevarte hasta la nave.

 

 Laura Martínez (Taller del Mate)

(Una carta solicitando algo, a un personaje de ficción, con la posdata: Anoche soñé con vos)

 

Querida Sherazade:

Te hago llegar estas líneas para decirte lo mucho que te admiro y además para pedirte que me cuentes como creas tan lindas historias, quiero saber cómo hilvanas las palabras para que cada noche logres atraer la atención del rey para mantenerlo despierto, también a mí.

Amo leer y también escribir, pero te solicito encarecidamente que me inspires para que, al estar frente a una hoja en blanco, o cuando le invento cuentos a mi nieta, pueda crear todo aquello que siento o imagino, y quien lea o escuche lo que tengo para contar, pueda viajar dentro de su propia imaginación, llevándolo a lugares de ensueños. La idea es trascender más allá de la cotidianeidad de nuestras vidas y llevarla a volar por las estrellas o lugares encantados, aunque sea por el tiempo que dure la lectura o quizás un poco más… porque en mi caso al leerte queda en mi la fantasía de vivir en un tiempo sin tiempo.

Tambien debo decir que puedo leerte mil y una vez y sentirme diferente en cada lectura, tus palabras transmutan mis estados de ánimo y me llevan a tu mundo encantado, Gracias por ello también.

No sé si llegaras a leer esta carta, la dirección es el mismo infinito, pero de ser asi, espero que en tu generosidad me envíes de algún modo tu respuesta. Por las dudas a partir de esta noche, me dormiré con la ventana entreabierta mirando las estrellas.

 

PD: Anoche, después de dejar el libro sobre mi mesa de luz, soñé con vos.

 

 Mariana Gatica (Taller El Megáfono al Sol)

Ciudadela 01/06/2022

Querida amiga: Te escribo ésta carta para contarte una gran noticia que me pasó: ME PIDIERON QUE DIERA UNA CHARLA SOBRE MIS AÑOS DE ACTRIZ EN LA ASOCIACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS CON DISCAPACIDAD EN LA QUE COLABORO. Allí, hablaré de mi debut fallido en la primera obra que no fue en el grupo de teatro en la capilla del barrio a los 15 años. Mi debut real como un corderito en la obra “LOBO… ¿ESTÁS?”, a los 17. Las cinco funciones que hice ahora de más adulta en el grupo de teatro “LOS ARAGANES DE ARANGUREN” de Flores, que hice de “LA TURCA SOFÍA” en “EL CONVENTILLO DE LA PALOMA”, “LA MAESTRA DE ARMAS” en “EL BURGUÉS GENTILHOMBRE” y “AMELIA” en “LA CASA DE BERNARDA ALBA”. También, les contaré la gran satisfacción que tuve junto a ellos al actuar en las obras en las que actuamos juntos y la obra que hice con sus padres y madres. Espero que sigas bien y podamos vernos algún día de estos.

 

Te saluda, tu amiga

Mariana.

P.D. : ¿A qué no sabes a quién me encontré la semana pasada, caminando por Caseros?. A Pina, la profe de lengua y literatura, a la que le gustaban mis escritos y me animaba y alentaba a que escribiera. Y aquí me ves. ESTOY FORMANDO PARTE DE UN TALLER LITERARIO Y CUMPLIENDO MI SUEÑO DE ESCRIBIR.

 

Susana Palacios (Taller del Mate)

Querida amiga de infancia, hace mil que no te veo… Mejor dicho hace años que no lo hago, pero siempre te recuerdo. A veces me sorprendo hablándote.

Quiero contarte algo muy pero muy importante.  Es que desde que me desperté muero por contarte la noticia que tengo para vos, pero no respondes al whappssap…

¿Te acordás que solíamos decir que los muertos cuando querían contarnos algo se nos aparecían en sueños?

Anoche soñé con tu novio muerto y vino a contarme algo increíble. Me dijo que siempre te veía pero que no podía meterse en tus sueños porque solo soñabas fantasías.  Nunca nada concreto, útil, creíble. 

Vos siempre tan ocupada no tenés tiempo para nosotros.  Me dijo que jugaras al 4948 que salía.  No te pude contactar. 

Yo jugué y gané.  Lo lamento por vos.  La próxima vez estarás más atenta.

Abrazo millonario

Tú amiga.

PD: no todas las cartas de amor son ridículas.